Cosas de la vida - Coincidencia o destino

Yo creo en los zombis, no les tengo miedo, pero si creo en ellos, les contare por que, digamos que tuve un contacto, pero me estoy adelantando.

Hola, soy yo… de nuevo, je, supongo que necesito contarles algo increíble, pero esta vez no les hablare del bulling, no, nada de eso, simplemente quisiera compartirles una interesante historia que viví hace poco.

Se lo que piensan en este momento, ¿Zombis?, ¿En serio?, ¿Me volví loco?, no, hablo muy en serio, pero no crean que me refiero a los zombis que estamos acostumbrados a ver en la películas, aquellos que comen carne humana.

No, les explico, todo empezó este viernes pasado (Julio 5 del 2013)
En caso de que no lo sepan en mi país se estrenó ese día la película mi villano favorito 2, mi familia y yo habíamos apartado los boletos para el cine, tenía ganas de verla como no tienen idea, mi hermana no dejaba de decir que moriría por verla tan siquiera una vez, y mis padres igual estaban ansiosos, iba a ser una noche de familia, pero sucedió algo muy inesperado, ¿Ustedes creen en el destino?, ¿O creen que la vida solamente es una serie de enormes coincidencias?

Les pregunto esto por qué lo que me ocurrió me cambio mi perspectiva de ver las cosas.
Aquella tarde, ya anocheciendo nos encontrábamos en las taquillas del cine pero justamente cuando nos formamos en la enorme fila para comprar los boletos que apartamos ocurrió algo que no me lo pude creer en ese momento, escuche una voz que se me hiso increíblemente familiar, una voz que cuando siempre la escuchaba en la escuela  me sacaba una gran sonrisa, mi mejor amiga y sin ofender a nadie mi admiradora número uno.

     - ¡Hola Giovanni!

Al decir mi nombre no tuve duda, voltee a observarla, si era ella.

     - ¿Araceli?

Jamás olvidare lo hermosa que se veía esa noche, vestido negro con zapatillas y su peinado que siempre la caracterizaba, juro que me puse rojo cuando la vi, mis orejas se pusieron como tomates delatándome, mi primer error.

     - ¡Wow, te ves… increíble!

Note su sonrojo al decirle eso, tal vez pensó que lo decía para hacerle un cumplido, pero le decía la pura verdad.

     - Gracias – me contesto.

En seguida me percate que ella no venía sola, se encontraba con sus padres, supongo que ser hija única tiene sus ventajas... pero también desventajas.

     - ¿Qué haces aquí? – le pregunte.
     - Vine a ver mi villano favorito con mi familia, ¿Y tú?
     - Igual, qué coincidencia.
     - Si, je, que raro.
     - ¿Raro?
     - Que de todos los cines que hay en la ciudad de México, nosotros casualmente nos encontráramos en el mismo sitio con en el mismo día a la misma hora con la misma película.


¿Coincidencia o destino?


No podía objetarle nada, tenía toda la razón, ella siempre utiliza la lógica como no tienen idea, algo que admiro mucho de ella, ya que les soy sincero, yo no soy nada lógico, soy muy imaginativo, tanto que hasta me consideran loco y quizás tengan razón, la forma en la que me paso imaginando cosas e historias en mi mente todo el tiempo ya es como una enfermedad en mi sin remedio.

Déjenme contarles algo importante, Araceli y yo somos muy diferentes, casi opuestos.

Yo soy alto, ella baja.
Yo soy moreno, ella güera.
Yo soy listo, ella inteligente.
Yo soy pelinegro, ella… igual, jejeje.
Yo soy callado, ella no deja de hablar. (Lo cual no me disgusta)
Yo soy tímido, ella atrevida.
Yo soy tranquilo, ella no puede estar sentada ni un minuto.
Yo amo Phineas y Ferb, ella Hora de aventura.
Yo amo Deviantart, ella los videojuegos.
Yo amo la música, ella le da igual.

¡Entienden, no somos compatibles!

Y sin embargo aun así somos mejores amigos, incluso antes de que empezara a escribir.

¿Si será cierto esa teoría de que los opuestos se atraen?

Pero ya me desvié del tema, era solo aclaración, observe que sus padres no me quitaban sus miradas de encima, estas eran como cuchillos apuñalantes, y graciosamente mis padres no dejaban de verla a ella, parecía una guerra de miradas fijas y el primero que desviara la cabeza perdía.

Sabiendo que eso no cambiaría nunca, tuvimos que calmar la situación presentándonos.
Ahí fue cuando tuve mi segundo error, ¿Han escuchado la frase ``La primera impresión es la más importante´´?, pues no es broma, y por desgracia esa noche, no estaba listo.

     - Giovanni, te presento a mis padres, mi mama Monze y mi papa Alejandro, mama, papa, él es Giovanni.

Trague saliva, no sabía cómo reaccionar, lo único que se me ocurrió fue estrecharles la mano.

     - Mucho gusto señor Anaya (Su apellido), señora.
     - Un placer por fin conocerte Giovanni, nuestra hija nos ha contado mucho sobre ti.
     - ¡Papa!

No sabía que responder ante eso, pensando rápido les presente a mis padres y a mi hermana que no ponían otro gesto más que de asombro.

     - Ellos son mis padres, mi papa Juan, mi mama Judith y mi hermana Andrea, familia (Dije resumiendo) ella es Araceli, ¿Se acuerdan?, la que me dedico una poesía en una de mis novelas.

Quedaba poco para nuestro turno para comprar los boletos y los padres de Araceli se encontraban justo atrás de nosotros, mi hermanita, mi dulce y encantadora hermanita, como la amo, pero juro que a veces sus comentarios hacen que me enca… disculpen las malas palabras que diga, pero creo que entenderán a que me refiero cuando las dije.

     - ¿Es tu novia? – pregunto ella tan fría.

¡O sea hello!, ¿Así o más directa hermana?, como si las cosas no estuvieran ya bastante calientes.

     - ¡NO, es mi amiga!

Observe por un segundo a Araceli y juraría que ella se rio un poco al escuchar eso, imagino que todo esa drama se le hacía divertido.

Todo se hubiera ido al infierno de no ser por mi santa madre, ¡Dios te bendiga mama por salvarme!

     - Mucho gusto, Araceli, tu poema fue increíble, impresionante, llore al leerlo.
     - ¿En serio?
     - Si, tienes talento, de eso no hay duda.
     - Wow, muchas gracias.
     - No tienes por qué darlas, gracias a ti por escribirla.

Mis padres y los suyos se presentaron igual estrechándose las manos, yo observe a Araceli y ella me observo a mí, ambos estábamos asustados de miedo.

     - Mucho gusto señor Anaya.
     - Igualmente señor…?
     - Gloria. (Mi apellido)
     - ¿Han venido por la de mi villano favorito cierto?
     - Así es.
     - Bueno, ¿Le parece si nos sentamos juntos?

¡NO NO NO NOOO!, teníamos que evitar eso a toda costa, Araceli también lo sabía perfectamente, ella comenzó a decir cosas que me desconcertaron por completo a mí y muy seguramente a todos.

     - De hecho – interrumpía a su papa – ya que me encontré con Giovanni, me gustaría ver una película con él.

Se lo que dirán, aquí hay gato encerrado pero yo me ubico mucho con Phineas, siempre distraído en cosas románticas, pero supongo que eso fue un punto a favor para mí, ya que sus papas no parecían tan disgustados con la idea al verme tan despistado.

     - ¿Solos? – preguntaba su papa siendo sobreprotector como cualquier padre lo haría.
     - Si, solos, los dos.

Pude notar que ella se encontraba muy nerviosa, cruzaba sus manos detrás de ella y de sus manos cruzaba sus dedos, pero eso es otra cosa que admiro de ella, su capacidad de poder asumir las cosas y enfrentarlas aunque tenga miedo.

     - ¿Segura?, ¿No que deseabas ver la película?
     - Si pero… deseo más estar con él.

Wow, no sabía si alegrarme o preocuparme al momento de escucharla.

     - ¿Tú qué opinas? – le preguntaba a su esposa.
     - Déjala, está bien, en fin que aún no compramos los boletos.

¡DIOS TAMBIÉN LA BENDIGA SEÑORA!
Ahora era mi turno.

     - No quiero ver la peli.

Mentía un poco a mi familia, si quería verla, pero admito que mi deseo de estar con ella sin ningún motivo aparente era más fuerte.

     - ¿Puedo estar con…?

Pero no fue necesario terminar la pregunta, mis padres me afirmaron sonriéndome, yo también les sonreí un poco nervioso.

     - Ok, está decidido  - dije temeroso.
     - Si – me contesto con el mismo tono.
     - ¿Cuál gustas ver?

Ella observo las películas disponibles, por desgracia no había otra sala con el mismo horario para ver la que queríamos, todas ya estaban llenas.

Eligió la película que menos me hubiera imaginado que pediría, pensé que iba a decir Monster University o Superman o El día después de la tierra o incluso Rápido y Furioso 6 que aún se encontraba en cartelera, supongo que la que eligió fue debido que era la primera que aparecía en la lista, adivinen cual dijo.

     - Guerra Mundial Z.

Por supuesto, tenía que ser, una peli de zombis, Dios mío, vaya que de verdad deseaba estar conmigo para haber dicho eso.

Ella es inteligente, sabía que esa película no me llamaba la atención en lo absoluto, quizá también fue por eso que la eligió, para que así no me distrajera a su lado, era plan con maña.

No le reproché, la obedecí como buen caballero, por fin llego nuestro turno, mi padre pidió dos adultos y un niño para la de mi villano favorito mientras que yo pedí dos… (No planeo decir nuestras edades) para la de Guerra Mundial Z, observe como el joven que nos atendía en la taquilla comenzó a reírse sin tener la decencia de ocultarlo, claro que nunca sabré que pensaba en ese momento, pero supongo que se imaginaba  la situación en la que me encontraba.

     - Gracias – dije con mal gusto al recibir los boletos después de pagarlos.
     - Cuando quiera joven.

Hay hijo de su… tuve suerte de no decirlo en voz alta en frente de sus padres y de los míos, pero ella ya me conocía muy bien, sabía perfectamente que había dicho en mi mente una grosería, lo cual provoco que empezara a reírse en frente de todos, sus padres la observaron confundidos mientras que los míos y mi hermana tal vez pensaron que estaba loca.

     - Listo – afirme intentando calmarla.
     - Ok, si, vámonos – me contesto regresándole el aliento.

Pero su madre la interrumpió, típico, pero comprendía porque lo hacía, solo se preocupaba por su hija, muy normal cuando se trata de un completo desconocido como yo aun si ella les haya mencionado quien soy y mi forma de ser.

     - Seguramente nosotros salgamos antes Ari, te esperamos afuera del cine, por favor mantén tu celular prendido.
     - Si mama – respondía avergonzada y enojada al mismo tiempo.

Yo a diferencia de ella no me reí, respetaba los consejos de su madre, era bueno saber que ellos les importara mucho su hija, su única hija, mis padres por otro lado saben que yo soy muy serio con las mujeres, también sabían que no íbamos a tener ningún problema ya que por nada del mundo desearía hacerla sentir incomoda, sobre todo porque es mi amiga, mi mejor amiga, mi fan número uno, no quería arruinar la buena amistad que tenemos.

     - Bien, pueden irse, te la encargo mucho Giovanni – dijo su padre.

Muy bien, ahí si no pude evitar sonreír.

     - No se preocupe, me la llevare de la manita – respondí jugando.

Sus padres se comenzaron a morirse de risa por mi comentario, otro punto a favor, pero ella no le hacia ninguna gracia, me observaba disgustada, pero sabía que me perdonaría esa pequeña bromilla.

     - ¿Podemos irnos? – preguntaba deseando salir de ahí.
     - Claro – respondí sin atención de hacer enojarla más.

Y nos retiramos de nuestras familias con dirección a las salas, caminamos muy despacio para no levantar sospechas, mi hermana no decía otra cosa que ``Suerte en tu cita´´ no deseaba voltear por ningún motivo y me imagino que Araceli tampoco, nos tomamos las manos como le prometí a su madre que lo haría, pensé que me iba a reprochar algo, pero no lo hizo.

Así fue como de lo que iba a ser una noche familiar pasó a ser una cita de amistad con mi mejor amiga y una noche de espionaje por parte de nuestros padres.

     - ¿Qué fue eso de mucho gusto señor Anaya? – me pregunto perdonándome muy rápido como predije.
     - Te soy sincero, no tengo idea.
     - Parece que les caíste bien a mis padres.
     - Si, supongo que sí, pero me imagino que fue gracias a tus comentarios acerca de mí.
     - No lo creo, ellos ya sabían que eres mi ídolo, pero no te daba ventaja en nada.
     - Deja de decir eso – le comente un poco disgustado
     - ¿Qué cosa?
     - Que soy tu ídolo, no es bueno que me digas eso.
     - ¿Por qué?
     - En primera porque... somos amigos, en segunda porque no merezco que me digas así, me llamas ídolo como si fuera el creador de la vacuna de algún virus o no se… como si fuera un héroe de guerra, pero solo soy escritor, un pésimo escritor, un tipo normal como tú.
     - Eso no es cierto.
     - Claro que sí.
     - Si fueras normal no me juntaría contigo.
     - ¡Auch!, que amable.
     - Te estoy diciendo un cumplido, eres genial tal como eres.
     - Pero no todos opinan eso.
     - Oye, lo que digan los demás es su problema no.

Eso es lo que adoro de Araceli, su manera de siempre encontrar la forma de hacerme sentir mejor, cosa que yo también lograba en ella cuando se encontraba triste o deprimida.

     - Gracias.
     - Ya sabes.

Creo que en ese momento nos apretamos más las manos, no quería soltarla aunque nos sudaban las manos a los dos, no sabía por qué, quizá era el simple calor de nuestros cuerpos o quizá nuestros nervios, no lo sé, pero no la solté, faltaban 10 minutos para la función, teníamos tiempo de sobra, llegábamos a lo que eran las filas para las palomitas (rosetas de maíz) y todo ese tipo de cosas, le pregunte si deseaba algo.

     - ¿Gustas algo?
     - Si tú quieres adelante, por mí no hay problema.
     - Pero te estoy preguntando a ti.
     - No, no quiero nada.
     - No seas tan modesta.
     - No lo soy.
     - No, nunca – jugaba con ella.
     - Compra lo tú quieras va.
     - Ok, entonces nada.

Ella me observo con mirada asesina, nos peleábamos por nada, pero aun así nos pusimos a reír, la forma tonta en que nos divertíamos.

     - Creo que nuestros padres nos están espiando.
     - ¿Por qué piensas eso? – pregunte.

Ella apunto hacia atrás de nosotros, voltee mi mirada por muy poco tiempo y me di cuenta que tenía razón, mi familia y la suya nos seguían por detrás a muchos metros de distancia ocultándose detrás de otras personas u objetos, nos sentíamos raros al saber eso.

     - Mejor vamos a formarnos ya – me pidió avergonzada.
     - ¿Por qué nos espiaran?
     - Supongo que, por que creen que… tú y yo…

Tampoco era tonto, si comprendía lo que intentaba decirme.

     - No, no, ¿Cómo creen eso?, somos amigos.
     - Si, amigos – me confirmo triste.

Comprendan que yo en ese momento no comprendía lo que ella pensaba de mí, no tengo la capacidad de poder leer su mente y saber lo que piensa, ojala si hubiera podido, deje de hablar con ella por unos minutos, lo cual fue muy incómodo para los dos, siempre estábamos acostumbrados a hablar y hablar y hablar sin parar.

Nos formamos para nuestra película, lo cual yo creo que no era necesario, observaba como nuestros padres no nos quitaban el ojo de encima, a diferencia de nosotros ellos si compraron palomitas, note que no me gustaba que ella se quedara callada, le hable de nuevo para romper la incomodes.

     - ¿Por qué esta? – pregunte
     - ¿A qué te refieres? – por fortuna me respondía
     - ¿Por qué esta película?
     - Ahh… no sé, solo la elegí.

Tenía que seguir la plática, pero para sorpresa mía ella la continuo.

     - ¿Cómo has estado?
     - Bien, digo acabamos de salir de vacaciones.
     - Sí, es cierto, ¿Planeas hacer algo?
     - Ya me conoces.
     - Escribir – me decía sonriendo.
     - Sip.
     - ¿Qué vas a escribir ahora?
     - Planeo mañana sacar el capítulo final de ``The perfect assassin´´.
     - ¡Ya lo vas a acabar!
     - Si, mañana termina.
     - Por nada me lo pierdo, ¿Y cómo termina?
     - Léelo mañana – jugaba de nuevo.
     - Oye no seas cruel, dímelo, ¿Thomas muere?, ¿Thomas mata a Ferb?
     - Léelo mañana.
     - Por favor dímelo – me imploraba.
     - Disculpa pero no, no quiero arruinar la sorpresa.
     - Ahhhh – me reclamaba triste.
     - Tranquila, ¿Yo creo que si puedes aguantar unas pocas horas no?
     - Si, si estoy contigo sí.

No sabía porque pero ambos nos sonrojamos, por fin entramos a nuestra sala y nos sentamos, no había mucha gente, a lo sumo cuatro personas, digo cuando es el estreno de mi villano favorito 2 ni quien se acuerde de esta película, la sala se puso oscura y comenzaron los comerciales y posteriormente la pelí.

Les contare que pasó, no vi nada de la peli, NADA, absolutamente nada, ella tampoco, ni siquiera supe de qué trato la película, a pesar de las escenas de zombis y de acción y los gritos y sonidos fuertes solo nos observábamos, nos tomábamos de la mano y hablábamos como solíamos hacerlo en la escuela, no escribiré todo lo que dijimos porque fueron muchas cosas, acerca de nuestros gustos, que si habíamos visto esto y aquello entre otras cosas como solemos hacerlo, pero había algo diferente esa noche, no me pregunten que era porque no lo sabía en ese momento, era una sensación, un sentimiento que yo mismo interpreto y trato de explicar con mis propias palabras en cada una de mis historias pero que jamás lo había sentido de esa forma, ella no dejaba de sonreírme a pesar de los incómodos zombis, no sé cuánto duro la película, quizá fue una hora y media, dos a lo sumo, pero todo ese tiempo se me hizo corto, muy corto a su lado, en serio, no sé cómo explicarlo la verdad, era como si los minutos fueran segundos y las horas minutos, cuando menos me lo esperaba vi rápido la pantalla y observe que la película ya se encontraba en la trama, casi terminaba, observe como el Brad Pitt se inyectaba algo, me imagino que era el virus de la película, pero no tenía ni idea de porque lo hacía, necesitaba verla de verdad, ella también observo esa escena y en ese momento me soltó la mano, juro que sentí frió en ese momento.

     - Gio, ¿Te puedo preguntar algo?

Afirme, por supuesto que podía.

     - Es una pregunta hipotética, si fuéramos novios y el mundo fuera invadido por zombis y fuera mordida, ¿Tu qué harías conmigo?

Entendí perfectamente la indirecta, ahí fue cuando comprendí apenas lo que de verdad sentía por mí, me decía y sigo diciéndome a mí mismo que soy un Idiota, sabía que era una pregunta seria, así que respondí con toda la sinceridad del mundo.

     - Bueno… primero, supongo que lo más recomendable para mi seria… dejarte sola, abandonarte.

Ella se deprimió al escuchar eso, creyó que no había entendido la indirecta, lo que paso fue que no me dejo terminar.

     - Pero al ser mi mejor amiga y en este caso mi novia me pondría a tu lado como estamos ahora y esperaría, apreciara cada segundo que te quedara con vida, te… te daría un beso y te diría lo mucho que te quiero, te agradeciera todos los buenos momentos que pasamos juntos y al final, cuando te convirtieras, te tentaría a morderme.
     - ¿Qué? – me preguntaba sorprendida - ¿Por qué?
     - Porque… no podría vivir sin ti, dejaría que me mordieras para convertirme en uno de los tuyos y así transformarme a tu lado, convertirme en parte de ti, para así estar juntos durante la vida y la muerte sin separarnos.

Se quedó callada con la boca abierta, me imagino que no se creía lo que le decía, así que lo siguiente que paso fue lo más chistoso de la noche.

Ella se acercó muy peligrosamente a mí y cerro sus ojos, sabía lo que quería hacer,  yo también me acerque a ella y cerré mis ojos.


¡RAYOS, DE VERDAD PENSÉ QUE ME IBA A BESAR!


Para mi sorpresa no quería besarme, ella agarro mi brazo y sin pleno aviso ME LO MORDIÓ con todas sus fuerzas, llevaba camisa de manga corta así que no hubo nada que me protegiera de sus dientes, no tienen idea de cómo quise gritar en ese momento, me mordí la camisa para evitarlo, se aferró a mí, no me soltaba y el dolor aumentaba cada vez más, me sorprende que pude aguantar gritar, cuando por fin me dejo de morder observe mi herida y donde se encontraban sus dientes ahora habían unos enormes agujeros sangrándome, no podía mover el brazo sin sentir dolor, tuve suerte de que no me arrancara carne.

     - ¡Te volviste loca! – no deseaba faltarle el respeto pero ella se excedió.
     - ¡Perdón, no pensé lo que hacía, Por dios, estas sangrando!
     - Diculpame.

No estaba enojado con ella, pero si me hirió, me levante dejándola sola sin siquiera que terminara la película y salí de la sala cubriéndome la herida con mi otra mano, observe que nuestras familias ya habían salido de su función como habían predicho, me acerque a la mía mostrando dolor, ellos pasaron de tener unas sonrisas a una cara de preocupación, observaron que mi brazo sangraba mucho.

     - ¡Dios mío, que te paso! – preguntaba mi madre angustiada.
     - Nada.
     - ¿Fue ella?
     - ¡No, vámonos!

Y para resumir, no saben la gorda que se armó entre nuestros padres, mi mama estaba furiosa gritándole a la suya, comenzó a decirle un montón de groserías, cosas de que su hija era un mal ejemplo y ese tipo de cosas, mi padre estaba sorprendido y mi hermana era la única que se reía, Dios también te bendiga hermana.
De parte de su familia ellos no hacían otra cosa que decir que no sabían porque lo había hecho.

Observe a la sala y la vi saliendo llorando, nunca en mi vida la he visto llorar de esa forma, me sentía triste, culpable por no haber sido yo quien la besara antes.

     - Gio… Giovanni… - intentaba disculparse con sus llantos.

Pero mi madre no la dejo ni que se acercara a mí, la gente en el cine volteaba hacia nosotros asustada por los gritos de mi mama.

En fin, salimos del cine, me llevaron al hospital más cercano, un doctor me atendió, me dio puntadas en mis heridas, me dolió como el infierno, me limpio la sangre, me vendo, dijo que estaba bien, que solo no esforzara mi brazo, que incluso si fuera posible no lo moviera, que descansara y que ya podía regresar a casa, pero yo no quería ir, no sin antes hablar con ella.

Sabía que Ari y sus padres también se encontraban en el hospital seguramente con mi papa y mi hermana intentando disculparse por la actitud de su hija.

Le pedí un favor al Doctor, que la llamara y la dejara entrar solamente a ella, muy buena onda si lo hizo, pero me imagino que tuvo que enfrentarse con mi madre para evitar que entrara.

Observe como se abrió la puerta del cuarto y vi a mi mejor amiga entrar hecha pedazos, sus ojos estaban muy rojos por sus llantos, parecía zombi, irónico pensé, le extendí mi mano para que se sentara conmigo, ella dudo, al ver que no quería hacerlo, me levante y la abrase con mi brazo bueno, ella apenas me lo devolvió, juntos nos sentamos en el suelo sin dejarnos de abrazar.

     - Giovanni, de verdad lo siento – decía aun llorando.
     - Tranquila, estoy bien.
     - No, eso no es cierto.
     - De verdad, el Doctor lo dijo, solo necesito reposar mi brazo.
     - Perdóname por favor.
     - ¿De qué?, no estoy enojado, solo confundido, ¿Por qué me mordiste?
     - No lo sé, supongo porque… no me creía lo que dijiste en el cine.
     - ¿Lo de la mordida?, bueno, acabas de comprobarlo.

Ella por fin sonrió un poco después de llorar, eso era bueno, pero seguía triste.

     - Aprendí algo hoy – la consolaba.
     - ¿Qué?
     - Que a diferencia de mí, tú eres capaz de cualquier cosa por mostrar tus sentimientos, por eso y mucho más yo te admiro a ti.
     - ¿Qué?, ¿Tú me admiras? - no se la creía.
     - Si, ¿Por qué crees que comencé a escribir ``La gran guerra de los champiñones´´?
     - ¿Porque yo te la recomendé?
     - Sí, yo no veía Hora de Aventura por nada, pero cuando me recomendaste la serie empecé a verla y simplemente me encanto, vi las cuatro temporadas que han salido en dos días, me cambiaste mi forma de ver las cosas de una manera distinta. (No es broma)
     - Tú también me cambiaste, yo no veía Phineas y Ferb, pero cuando leí tus historias por primera vez me propuse verlos y ahora no dejo de ver los nuevos capítulos.
     - Gracias, pero no puedo perdonarte por que no hiciste nada malo, solo expresaste tus sentimientos.

Ambos nos abrazamos ahora si más fuerte, no quería soltarla, con mi mano buena le seque sus lágrimas que aún le quedaban, ambos nos miramos a los ojos.

     - Me gustas Ari, me gustas mucho – susurre.
     - Tú también me gustas Gio – contesto de la misma manera.

Nos volvimos a acercar nuestros rostros cerrando nuestros ojos, pero antes que cualquier cosa abrí mis ojos de golpe y la interrumpí.

     - Solo un favor.
     - ¿Qué?
     - No me muerdas cuando te bese.

Ella rió, por fin ya no estaba triste, tenía su encantara sonrisa que me hacía siempre sentirme mejor.

Y nos besamos, vaya, sé que debería intentar describirles la sensación que sentimos pero, no puedo, simplemente no puedo, no hay palabras para describirlo, solo la experiencia misma, nos separamos un poquito porque deseaba preguntarle algo.

     - ¿Te gustaría ser mi novia?

No me contesto, solo me volvió a besar con más pasión que el beso anterior y como era de esperarse, me mordió el labio mientras nos besábamos, no sé qué tenga ella por querer morderme siempre, pero no dolió esta vez, se separó sonriéndome.

     - ¿Tú que crees?
     - ¿No? – jugaba.

Y así estuvimos un buen rato besándonos y mordiéndonos, cuando el doctor entro con nuestras familias se quedaron boca abiertos y a nosotros nos valió, seguíamos besándonos en frente de ellos.

Cuando terminamos, les dije todo lo ocurrido a todos, de principio a fin les conté nuestra nueva relación, ellos por fin comprendieron porque me había mordido, mi mama avergonzada se disculpó con los padres de ella y todos nos fuimos a casa.

Cosas de la vida supongo, los tres días siguientes estuve en casa debido a que como dijo el doctor no esforzara el brazo, dirán que aburrido pero tuve compañía de ya saben quién.

Mi mama, jejeje, bromeo, bueno… en parte si, ellas ahora se llevan bien (Gracias a Dios) e intentamos no pasarnos de la mano de nuevo en frente de ellos, mi hermana como siempre tan encantadora.

     - ¿Se van a casar?

Supongo que solo con el tiempo, la suerte y Dios mismo lo dirán pero yo les vuelvo a preguntar.



¿COINCIDENCIA O DESTINO?