Marie y Thomas - THE SLENDERMAN capitulo 11

Marie y Thomas – THE SLENDER MAN


Capítulo 11 – Fire and death


Sábado 30/10/10

Residencia Raí, Área Limítrofe.

Hora- 11:06 pm



No era capaz de poder hacer algo más por el momento, Marie se encontraba sentada en la sala, sumida en el silencio esperando a su mejor amiga, claramente le dijo que debían haberse ido en 5 minutos, pero ya habían pasado 10, podía escuchar como Jazz se tomaba su tiempo dándose una ducha, seguramente la pobre intentaba quitarse toda la sangre que tenía encima, sin embargo ya había tardado demasiado, el tiempo podría ser un punto clave para resolver toda esa locura, pero también debía ser considerada, ella acababa de perder a su mama… eso es algo insoportable… ni siquiera podía imaginarse las horribles repercusiones que traerían a sus futuros, ahora más que nunca sabía que Jazz iba a necesitar de toda su ayuda para poder superar semejante perdida.

La joven se levantó del sillón, agarro su mochila colgándosela de un hombro y con muy poco animo subió las escaleras lentamente con dirección al baño, al llegar a la puerta observo que salía mucho vapor de la orilla, preocupada abrió la puerta preguntando por su amiga.

     - ¿Jazz?, ¿Estas bien?

El baño estaba cubierto de agua hirviendo, el vapor impedía poder ver con claridad, el espejo se encontraba completamente empañado debido a todo el calor que había dentro, la ducha estaba cubierta por un velo blanco, Marie se acercó cuidadosamente para evitar resbalarse, en seguida movió el velo para poder ver a su amiga.

     - ¡Por Dios Jazz, te estas quemando!

Su amiga se encontraba aun con la ropa con la que se había manchado de sangre, ni siquiera se había quitado los zapatos, ella se encontraba sentada en el suelo de la ducha con la cabeza entre las piernas, cubría su rostro completamente con su espalda recibiendo esta toda el ardor del agua hirviendo, pero Jazz no mostraba ni siquiera una mueca de dolor, Marie en seguida quiso cerrar la llave de agua caliente, pero intentándolo ella también por accidente se quemó la mano izquierda, ignorando el dolor siguió intentando cerrar la llave hasta que por fin lo logro.

     - ¿Estás loca?, ¡Puedes lastimarte!, ¿En que estabas pensando?

Jazz no le contesto a su mejor amiga, ella seguía cabizbaja como si Marie no existiera, ni siquiera tenía ganas de levantar la cabeza para verla.

     - Venga, levántate, déjame ayudarte.

La pelirroja tomo a su amiga por el brazo, pero Jazz en seguida se libró de ella con un simple empujón, al estar el suelo tan resbaladizo Marie por poco se caía de no ser de qué se agarró justo a tiempo de una toalla que colgaba en la pared.

     - Jazz, solo deseo que estés bien, por favor levántate, déjame secarte y cambiarte de ropa, necesito que me ayudes, no puedo cargarte.

No respondió de inmediato, pero después de medio minuto ella por fin se levantó por su propia cuenta rechazando la ayuda de Marie, sin importarle que se encontrara mojada, se dirigió a su cuarto, la pelirroja le siguió, pero Jazz en seguido de que entro a su cuarto le cerró la puerta de golpe impidiéndole entrar.

     - ¡Amiga, no estoy jugando, abre la puerta ahora!
     - ¡Cambie de opinión, no quiero ir!, ¡Lárgate de aquí!
     - ¡No digas eso, no puedo dejarte sola!
     - ¡Si puedes y lo harás, déjame en paz por favor!
     - ¿Qué tal si esa cosa vuelve eh?, ¿Qué podrías hacer tu para defenderte en las condiciones que estas?
     - ¿Y qué hay de ti?, ¿Tú si puedes defenderte?, ¡Si lo único que has hecho es correr como la cobarde que eres!, ¡Si de verdad crees que puedes controlar esto eres una ingenua!, ¿Y si tú te encuentras con esa cosa que harías eh?, ¡Contéstame!

Marie deseaba poder contestarle todas sus preguntas, pero no podía, su alma también se encontraba destrozada, cualquier respuesta que le dijera sería una completa mentira, se quedó callada recargando su cabeza en la puerta, su rabia era tan fuerte que olvidando que se había quemado la mano golpeo la puerta, el dolor provoco que Marie maldijera mencionando sus primeras groserías que nombrara en su vida.

     - Eso creí… ahora te pido que te vayas, no te preocupes por mí, yo estaré bien.

La pelirroja al ver que su amiga era causa perdida, comenzó a caminar de nuevo escaleras abajo no sin antes gritarle.

     - ¡Si ves a mis papas… por favor diles que los amo!

Sin decir nada más, se colgó bien su mochila por ambos hombros, bajo a la planta baja y se dirigió a la salida con paso veloz al bosque.

Motivada por la furia y el enojo, salió de la casa sin siquiera mirar atrás, camino rápidamente por la calle a pesar de que se encontrara a oscuras.

     - ¡Tonta!, ¿Que no ve que solo me preocupo por ella?, ¡No sé ni siquiera para que me moleste en ayudarla!, ¡Que se cuide ella sola!, ¡A ver cuánto dura!

Sin la intención de volver llego a las orillas del bosque, busco en su mochila la linterna, pero al conseguirla, observo que al apretar el botón ON esta no encendió, dedujo que tal vez las pilas se le habían agotado y por desgracia debido al drama que armo con Jazz, se le olvido por completo tomar unas pilas nuevas, afortunadamente recodo que tenía su otra linterna, agradeció haber tomado la botella de aceite de la casa, abrió la linterna, vertió un chorrito de la sustancia y con uno de los encendedores que llevo consigo la encendió, observo que esta podía alumbrar más su alrededor que la de pilas, pero ahora no podía ver más de a 10 metros lo que había en frente de ella, una gran desventaja si deseaba ver desde una distancia segura algún peligro, ahora prácticamente tenía que estar en frente de lo que quisiera ver.

Cerró la botella y la metió de nuevo en su mochila, estaba tan concentrada en no derramar el aceite que no se percató que el ambiente de un segundo a otro bajo de temperatura, ella levanto su mirada hacia arriba temiendo lo peor, desafortunadamente su miedo se había convertido en realidad, sin pleno aviso, sin chillido delatador que lo distinguía, saliendo de la nada el demonio blanco con traje se encontraba en frente de ella, de no ser por sus tentáculos en movimiento ella lo hubiera confundido con otro árbol.

Marie dio un gran salto hacia atrás, sin pensarlo dos veces, dio media vuelta saliendo a toda velocidad del lugar regresando a los suburbios, esa cosa la había tomado completamente desprevenida, ella nunca se hubiera imaginado encontrarlo tan rápido, eso la mataba de miedo.

Sin pensar hacia donde ir, con la linterna en la mano por delante, corrió sin detenerse, su respiración se agitaba más a cada momento y su corazón volvía a bombearle a todo lo que podía dar.

Paso varios minutos corriendo, cuando por fin se dio por vencida, se tiro al suelo buscando un segundo respiro, el frio de la noche le llenaba sus pulmones de oxigeno congelante que le provocaba un terrible dolor, aun sin levantarse y sin separarse de la linterna alumbro todo lo que estuviera a su alrededor observo cada cosa con detalle, por un momento se asustó al ver un movimiento cercano, pero se calmó mucho al comprobar que solo eran unas hojas cayendo de las copas de los árboles, el viento comenzó a soplar suavemente por todo el lugar moviendo el césped reconfortando a la joven.

Ella al darse cuenta que había logrado dejar atrás al monstruo, se levantó con un poco de dificultad, reviso por última vez alrededor de ella y siguió la calle en la que se encontraba, para mala fortuna a pesar de ya ser noche las luces de los postes de la ciudad no encendían, caminaría prácticamente a ciegas de no ser por su linterna, encontró un sendero que parecía dirigir a la escuela, en ese momento se le ocurrió una buena idea, si slender no le permitía entrar al bosque entonces lo haría por debajo utilizando las alcantarillas de la escuela para llegar a la cueva, en fin que no tenía muchas opciones que seguir, su mejor amiga la había abandonado y todos sus personas queridas no estaban en la ciudad, otra vez solo contaba con ella misma sus habilidades, fuerza e inteligencia.

Tomo rumbo a su escuela, al llegar observo que la puerta de la entrada se encontraba abierta de par en par, fue entonces cuando recordó lo que le había mencionado Jazz, de que tanto el padre de ella como sus profesores la estaban buscando en aquel lugar.

Decidida entro corriendo a la escuela tomando el pasillo principal, alumbraba todo lo que su linterna le permitiera para poder encontrar a alguien, pero simplemente no había ni siquiera un indicio de alguien en los pasillos.

     - ¿Hola?, ¿Hay alguien aquí?

Agudizo su oído para poder escuchar tan siquiera la repuesta de alguien, pero lo único que lograba escuchar era su propia respiración, un silencio abrumador reinaba la escuela completamente.

     - ¿Señor Raí?, ¿Profesor?, ¿Alguien me escucha?

Todo seguía igual, en una profunda calma y serenidad, la joven revisaba cada pasillo y cada salón pero su resultado siempre era el mismo, nada.

Sin embargo si podía notar algo, con cada minuto que pasaba sentía como la temperatura bajaba, pronto llego un momento donde su respiración podía verse en el aire, siguiendo en su búsqueda llego hasta su salón, aquel lugar le daba un terrible miedo, todavía no olvidaba la última vez que estuvo ahí, pocas horas antes en ese salón Ariadna se le había aparecido con intenciones de asesinarla, pero al final simplemente quedo inconsciente, si eso paso durante el día, no quería ni imaginarse que podría sucederle de noche, decidió mejor no aventurarse y seguirse de largo pero antes de poder retirarse escucho un sonido proveniente del mismo salón.

Ella en seguida volteo apuntando con su linterna cometiendo la tontería de hablar revelando su posición.

     - ¿Señor Raí?, Soy yo… Marie.

Ella no era tonta y con todo lo que había sobrevivido menos, sabiendo que podía ser otra trampa tanto de Ariadna como de aquel demonio regreso lentamente al salón con sumo cuidado, tenía tanto temor que no se daba cuenta que caminaba en puntillas, intentaba consolarse susurrándose a ella misma.

     - Tranquila Flynn, no pasa nada, quizás solo fue un gato… si eso es, solo fue un gato, no hay por qué temer.

Ni siquiera se creía la mitad de sus palabras, respirando muy profundo con su mano sana toco el picaporte de la puerta, el tacto era tan frio que su mano comenzó a congelarse y posteriormente todo su brazo en cuestión de segundos.

Sabiendo que eso no era un buen augurio se preparó psicológicamente para lo peor.

     - Tú puedes Flynn, solo gira el picaporte y entra.

Decirlo era más fácil que hacerlo, tardo un buen tiempo en convencerse,  cuando por fin se creyó lista para toda sorpresa, abrió la puerta, pero inteligentemente no entro en seguida, primero hizo rodar la linterna por el suelo iluminando todo el salón, observaba atentamente buscando alguna anomalía, algo más que no fueran sillas, bancas o mesas, la linterna al llegar al final del salón choco contra la pared regresando de nuevo a la puerta, pero justo antes de chocar pudo distinguir algo en suelo, un objeto con forma de un cilindro, ella en seguida saco de su mochila un cuchillo que había tomado disque prestado de la cocina de Jazz, se sentía absolutamente ridícula por su insignificante arma de defensa, pero era mejor que entrar sin nada, con cuchillo en mano se aventuró a entrar a su salón, revisaba a cada esquina atenta a cualquier movimiento, intento encender las luces apretando el switch pero fue ahí cuando recordó que en la mañana se habían fundido, llego a lado de la linterna en cuestión de segundos, la tomo con su mano herida y se acercó cautelosamente al objeto en suelo, no pudo distinguir de inmediato que era debido a la oscuridad pero una vez estando prácticamente encima de este observo que simplemente era una linterna de pilas, ella respirando alegremente que no fuera otra cosa peor, la recogió del suelo para poder examinarla, le parecía raro encontrar una linterna en aquel lugar, vio que esta tenía aun pilas en su interior y al costado observo unas palabras escritas con tinta.

     - Propiedad de DPD, ¿DPD?, ¿Significara Departamento de Policía de Danville?, ¿Qué hace esto aquí?, creí que mis profesores solo me buscaban en este lugar.

Encendió el aparato para ver si funcionaba, esta funciono al instante iluminando mucho más que sus otras linternas.

     - Funciona bien, pero no explica… que demo… ¡Dios mío!

Debido a la fuerte luz que proyectaba su nueva linterna pudo observar que en el viejo árbol que se encontraba en el patio había 5 cadáveres colgando de las ramas por respectivas sogas amarradas de sus cuellos, la imagen fue tan perturbadora que Marie al instante de verlos recordó la casa de Jazz, sin poder soportarlo más comenzó a vomitar en medio de su salón, se pasó un minuto completo haciéndolo hasta que su estómago se vaciara por completo.

Su resistencia había disminuido peligrosamente, se sentía mareada y débil por todo lo visto.

     - Por Dios, ¿Qué paso aquí?

Se acercó al árbol intentando desviar su mirada a cualquier lugar distinto, no soportaba ver los cuerpos colgantes, sin embargo tuvo que hacer una excepción rápida para poder identificar a las víctimas, apunto la linterna hacia arriba directo a los rostros de los muertos, de inmediato reconoció a dos de sus profesores preferidos, a una persona que no reconocía que parecía policía debido a su uniforme y a los otros dos al momento de verlos comenzó a vomitar de nuevo a pesar de que ya no tenía nada que sacar, hubiera deseado jamás haberlos visto de ese modo… eran el señor y la señora Fletcher, sus vecinos que tanto adoraba y que se preocupaban por ella

Todos tenían indicios de haber sido torturados, sus rostros reflejaban dolor y terror a la muerte o quizá a algo mucho peor.  

Se tiro al suelo debido a que tanto sus pulmones como su corazón comenzaron a fallarles, no deseaba que alguien más viera aquella horrible escena, sin pensarlo, sin siquiera analizarlo, realizo lo peor que pudiera haber hecho en su vida, saco de nuevo la botella de aceite, baño completamente las raíces del árbol con lo que le quedaba y con otro encendedor prendido, lo arrojo para que el árbol pudiera incendiarse, pero al ver que un encendedor no era suficiente para prenderlo arrojo con todas sus fuerzas su linterna de aceite, al impactar este creo una oleada de fuego que la dejo ciega por el cambio repentino de luz en el lugar, la llamarada la llenaba de calor en aquel lugar lleno de sufrimiento.

El fuego encubrió el árbol y sus víctimas en cuestión de segundos, sin atreverse a observar como los cuerpos se incineraban, volteo su mirada a la alcantarilla, jalo con todas sus fuerzas para poder abrirla, al lograrlo entro de inmediato sin mirar atrás, no sin antes mencionar unas ultimas palabras a sus vecinos.

    - Prometo que si Thomas aun sigue vivo, lo traeré de vuelta.

Y cerro la alcantarilla sin intención de regresar ya que sabia perfectamente que solo atrás de ella se encontraba dolor, fuego y muerte.